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Las resistencias antimicrobianas: problemática actual y previsiones en los próximos 25 años

Organismos nacionales y supranacionales advierten cada año del aumento de las bacterias resistentes a los antibióticos disponibles y de sus consecuencias, que se traducen en millones de muertes que irán creciendo de aquí a 2050

Solo en 2019 la resistencia a los antibióticos causó 1,2 millones de muertes en todo el mundo. Los fallecimientos asociados de manera indirecta a esta causa se elevan a 4,9 millones. Cifras muy superiores a las muertes provocadas por la malaria o el VIH/sida ese mismo año. Así lo desvelaba el Informe Global de Resistencia a Antimicrobianos publicado en The Lancet en septiembre1.

Desde la Organización Mundial de la Salud hasta la Asamblea General de la ONU tienen entre sus principales preocupaciones las resistencias antimicrobianas como uno de grandes problemas de salud pública a los que se enfrenta la humanidad. El pasado mes de mayo, la OMS actualizó el listado de bacterias multirresistentes clasificadas en tres categorías según su prioridad: media, alta y crítica2.  

Por su parte, los informes publicados recientemente por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), con datos acerca de resistencias en 17 países europeos, incluido España3, advierten de la “urgente necesidad” de aumentar las medidas de salud pública contra la resistencia a los antibióticos.

El consumo medio de antibióticos en la Unión Europea en 20234, contabilizando el ámbito hospitalario y el comunitario, creció un 1% con respecto a 2019, mientras uno de los objetivos marcados por la ONU para 2030 es reducir en un 10% los cerca de cinco millones de muertes que se asocian cada año a la resistencia a antimicrobianos5.

En este escenario, las previsiones del Informe Global de Resistencia a Antimicrobianos no son buenas de aquí a 2050. Calcula que se sumarán más de 39 millones de muertes asociadas de forma directa a la resistencia a los antimicrobianos y otros 169 millones de fallecimientos en los que la causa indirecta es la misma. El grupo de edad en el que más crecerán estas muertes se da en las personas mayores de 70 años, con un aumento estimado del 70% de los fallecimientos en regiones de ingresos altos, que se elevan hasta los tres dígitos en regiones desfavorecidas del planeta.

Presente y futuro en niños y en personas de edad avanzada

Los últimos datos publicados por The Lancet ponen el foco en dos tendencias: el gran logro que ha supuesto la reducción de más de un 50% de las muertes vinculadas a bacterias resistentes en niños menores de cinco años desde 1990 hasta 2021 y el problema que ha supuesto en estos mismos años el aumento de hasta un 80% de los fallecimientos en personas de 70 años o más.

En el primer caso, los programas de vacunación han permitido prevenir infecciones y evitar sepsis en estos niños. Si se previenen estas enfermedades, también se evita el uso de antibióticos y, con ello, la aparición de resistencias a estos fármacos. Las previsiones para este grupo de edad hasta 2050 es que sigan disminuyendo.

Pero esta mejoría en los más pequeños no compensará el aumento de fallecimientos en el grupo de personas mayores. El envejecimiento de la población y la vulnerabilidad que supone respecto a las infecciones es una de las razones. Sufrir más infecciones implica mayor uso de antibióticos y, por tanto, un aumento de las resistencias antimicrobianas. Al mismo tiempo, la inmunosenescencia hace que las vacunas sean menos efectivas en su objetivo de prevenir infecciones.

Aunque el problema de salud pública no ha dejado de aumentar y las previsiones en los próximos 25 años no son buenas, el Informe Global de Resistencia a Antimicrobianos señala que se podrán evitar hasta 92 millones de muertes de aquí a 2050 con un acceso adecuado a los antimicrobianos, con investigación y desarrollo de nuevas moléculas que hagan frente a las bacterias resistentes y una mejora en el manejo de las infecciones. Además, las medidas de prevención siguen siendo clave: desde las más básicas, pero eficaces, como el lavado de manos, hasta la expansión y generalización de los programas de vacunas.


Fuentes:

1 GBD 2021 Antimicrobial Resistance Collaborators. Global burden of bacterial antimicrobial resistance 1990–2021: a systematic analysis with forecasts to 2050. The Lancet. Septiembre 2024 https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(24)01867-1/fulltext

2 Lista de patógenos bacterianos prioritarios de la OMS 2024. Mayo 2024 https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/376776/9789240093461-eng.pdf?sequence=1

3 Resistencia a los antimicrobianos en la UE/EEE (EARS-Net): Informe epidemiológico anual de 2023. Centro Europeo para la Prevención y Control de enfermedades (ECDC) https://www.ecdc.europa.eu/sites/default/files/documents/antimicrobial-resistance-annual-epidemiological-report-EARS-Net-2023.pdf

4 Consumo de antimicrobianos en la UE/EEE (ESAC-Net): Informe epidemiológico anual de 2023. Centro Europeo para la Prevención y Control de enfermedades (ECDC). 18 Nov 2024 https://www.ecdc.europa.eu/sites/default/files/documents/antimicrobial-consumption-ESAC-Net-annual-epidemiological-report-2023_0.pdf

5 Political Declaration of the High-level Meeting on Antimicrobial Resistance https://www.un.org/pga/wp-content/uploads/sites/108/2024/09/FINAL-Text-AMR-to-PGA.pdf

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