Compartir

Cinco aspectos a tener en cuenta en el manejo de pacientes polimedicados

En pacientes que toman cinco o más medicamentos es necesario revisar las pautas farmacológicas y valorar su situación integral frecuentemente para evitar consecuencias negativas

Un paciente se define como polimedicado si toma cinco o más medicamentos. Aunque faltan datos recientes, hace una década se publicó una revisión de bases de datos sobre este tema en la que se vio como entre 2005 y 2015 había aumentado la prevalencia de la polifarmacia del 2,5 al 8,9% de los participantes en el estudio, llevado a cabo en España. Además, la polifarmacia excesiva (uso de más de 10 fármacos) se multiplicó por diez entre el inicio y el fin del periodo. A pesar de que los datos tengan un tiempo, dan cuenta de la tendencia creciente de este fenómeno y recogen datos de interés, como que se observó un consumo mayor de varios fármacos en mujeres durante todo el periodo analizado1. Por otra parte, en 2024, un artículo que estudió el papel de la enfermería en la polifarmacia de personas mayores determinó que, en personas con más de 65 años, la prevalencia de polimedicación era superior al 50%2.

Teniendo en cuenta estos datos y que, como expone la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su iniciativa ‘Medicación sin daño’, las prácticas de medicación poco seguras y los errores en este ámbito, figuran entre las principales causas de daños evitables, es necesario realizar un adecuado manejo de estos pacientes. Más, teniendo en cuenta que la propia OMS incluye el abordaje de la polimedicación entre las tres áreas clave para mejorar la seguridad de los pacientes3.

Entre los factores asociados a la polimedicación se han identificado tres: los dependientes del paciente (físicos, psicológicos y familiares), los dependientes del sistema sanitario o relativos a la interacción del paciente con él mismo, y los de la sociedad en su conjunto4.

Con todo esto como contexto, varias entidades han elaborado documentos con recomendaciones para el manejo de estos pacientes:

  • Valoración integral: el primer paso es realizar una evaluación del paciente lo más completa posible. En esta se han de incluir no sólo aspectos biomédicos, sino otros como el nivel de adherencia terapéutica que mantiene respecto a la medicación prescrita. Además, para detectar los posibles obstáculos en cada caso y tratar de adaptar las pautas lo máximo a cada paciente, se recomienda usar escalas como el índice de Barhel para la valoración funcional, el test de Pfeiffer en casos de deterioro cognitivo, el cuestionario de Barber en casos de dependencia o la escala de Gijón para evaluar la situación sociofamiliar4,5.
  • Protocolo de revisión6: una recomendación en la que coinciden todas las guías es en la necesidad de revisar la medicación de pacientes polimedicados periódicamente. 
  • Eficacia, adecuación y seguridad: en relación con lo anterior, aunque también puede hacerse por separado en cada caso, hay puntos concretos a revisar, empezando por ver si se mantiene la eficacia. En cuanto a la adecuación, se aconseja comprobar con frecuencia la aparición de situaciones que puedan requerir ajustar las dosis, así como atender al avance en edad de los pacientes y explorar las formas farmacéuticas para cambiarlas si generan dificultades. Respecto a la seguridad, los profesionales se han de cerciorar de que no haya medicamentos duplicados, de la aparición de factores que puedan llevar a la contraindicación de alguno de los fármacos prescritos, de las interacciones y de valorar los indicios de cascada terapéutica. En definitiva, analizar el riesgo global integrando todas las perspectivas5.
  • Valorar la deprescripción: una vez evaluados los aspectos anteriores, se puede plantear dejar de prescribir alguno de los fármacos sí se observan posibles perjuicios. Estos pueden darse por las condiciones clínicas por comportamientos conductuales del paciente. Se recomienda poner el foco en la deprescripción en pacientes polimedicados ancianos, especialmente en aquellos en situación de fragilidad, cuando se determine que la relación beneficio/riesgo es negativa, si el fármaco se considera inadecuado o sin evidencia clínica suficiente, o cuando haya cambios en la condición o en situaciones del paciente. Para valorar la deprescripción hay herramientas específicas que incluyen estos criterios como (STOP/START, AGS Beers, Polypharmacy o MedStopper, entre otras7.
  • Involucración del personal de enfermería2: teniendo en cuenta el contacto directo, sobre todo de pacientes de edad más avanzada, con la enfermería, se recomienda implicarles en la revisión de pacientes polimedicados. También, porque en pacientes que tienen contacto con diferentes facultativos puede existir riesgo de polifarmacia y estar asesorados por profesionales de enfermería que ven el caso desde un prisma global puede ayudar a evitar la polimedicación y/o manejar los efectos adversos que puedan aparecer. También, por su papel en términos de educación para la salud, ayudándoles a identificar problemas conductuales o con la propia medicación que puedan ir apareciendo.

Fuentes:

1 Hernández Rodríguez, Miguel Ángel et al: Evolución de la polifarmacia en una población española (2005-2015): un estudio de bases de datos. Disponible en Seguridad de los medicamentos farmacoepidemiológicos, 2020: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31908111/

2 Guillem García, Marina y Molés-Julio, Mª Pilar: El papel de la enfermería en la polifarmacia de las personas mayores. Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-928X2024000100005

3 Villafaina Barroso, A. y Gavilán Moral, E.: Pacientes polimedicados frágiles, un reto para el sistema sanitario. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/biblioPublic/publicaciones/recursos_propios/infMedic/docs/PolimedicadosVol35n4.pdf 

4 Fandos Vázquez, Amparo: Paciente polimedicado en atención primaria. Disponible en: https://es.slideshare.net/slideshow/20240410-paciente-polimedicado-pptpdf/267210199

5 Unidad de Gestión Clínica Farmacia Atención Primaria Sevilla: Guía de trabajo para revisión de la medicación de pacientes polimedicados en Atención Primaria durante la pandemia de COVID‐19. Disponible en: https://onedrive.live.com/?authkey=%21AOvSelC3kSwTY3Q&id=79A2102C9E02293E%2139848&cid=79A2102C9E02293E&parId=root&parQt=sharedby&o=OneUp  

6 Boletín Terapéutico Andaluz: Polimedicación y deprescripción: recomendaciones prácticas. Disponible en: https://www.who.int/es/initiatives/medication-without-harm  https://www.cadime.es/images/documentos_archivos_web/BTA/2021/CADIME_BTA_2021_36_01.pdf 

Le recomendamos