Investigación clínica y medicina con sesgo: por qué las mujeres reciben un diagnóstico y tratamiento diferente
Tradicionalmente, la investigación clínica ha invisibilizado a las mujeres y las diferencias por sexo y género en el conocimiento, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades no se ha tenido en cuenta, según muestra la literatura científica
Han pasado casi 35 años desde que una investigación publicada en New England Journal of Medicine pusiera sobre la mesa la existencia de sesgos de género en la atención médica. Un trabajo con más de 70.000 pacientes en Estados Unidos demostró que se hacía un mayor esfuerzo diagnóstico y terapéutico en hombres que en mujeres con igual edad, gravedad y comorbilidad.
En concreto, revisaron las angiografías coronarias y las pruebas de revascularización que se hacían a los pacientes que llegaban a dos hospitales estadounidenses con el mismo problema de salud: enfermedad coronaria. Los resultados demostraron que estas pruebas se hacían casi un 50% menos en las mujeres que llegaban con este problema que en los hombres1.
Enfermedades cardiovasculares, el paradigma
Desde entonces, se ha observado en otros estudios cómo a ellas se les diagnosticaba un infarto más tarde que a ellos o cómo, una vez estaban ingresados en el hospital, la tasa de letalidad por infartos era mayor en las mujeres que en los hombres. Los síntomas del infarto descritos se correspondían con los que presentaban los varones, pero en el que caso de las mujeres, su manifestación clínica es diferente2. Por eso costaba detectarlo en ellas.
Una revisión publicada en The Lancet en 2021 concluyó que se estudian, se reconocen, se diagnostican y se tratan las enfermedades cardiovasculares en mujeres menos que en hombres3. En el caso concreto de España, el análisis con perspectiva de género de los registros sobre estas enfermedades en los servicios de atención primaria ha mostrado que las mujeres de 50 a 70 años tienen mayor prevalencia de enfermedades cardiovasculares y factores de riesgo, pero están peor controlados. El análisis indica que se usan menos fármacos para las mismas enfermedadesen ellas que en ellos, a excepción de los diuréticos4.
Lo que no se investiga, no se puede enseñar
Distintas autoras han trabajado sobre esa diferencia en el diagnóstico y tratamiento médico entre hombres y mujeres con la misma necesidad de atención. Pero han ido más allá, entendiendo que no se puede llevar a la práctica clínica lo que no se enseña en las facultades de medicina porque tampoco se ha investigado previamente. Hasta hace pocos años había muy poca presencia de mujeres en los ensayos clínicos de medicamentos, pese a que después se administraban a ambos sexos. Por tanto, aspectos como la farmacocinética, que ahora se sabe que puede ser distinta en hombre que en mujeres, no se ha tenido suficientemente en cuenta5; 6.
Este sesgo ha seguido muy presente en la investigación con modelos animales. Los ensayos preclínicos de medicamentos se han estado haciendo en su mayoría con ratones macho porque los investigadores seguían considerando que los cambios hormonales por su ciclo menstrual dificultaban la interpretación de los resultados7.
Diagnóstico, tratamientos y efectos secundarios
Investigaciones recientes han demostrado que tratamientos contra el cáncer como la quimioterapia, las terapias dirigidas y la inmunoterapia provocan más efectos adversos graves en las mujeres que en los hombres. Sus resultados muestran que la variable del sexo sigue sin incluirse como debiera como objeto de análisis en las investigaciones, pese a la tendencia a la individualización de los tratamientos8.
En el caso concreto del cáncer colorrectal, estudiado recientemente, los investigadores han visto cómo las diferencias de sexo y género influyen en el cribado, el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad. Vieron que las mujeres presentan una mayor tasa de falsos negativos en los test de sangre oculta en heces, que muestran una menor sensibilidad en el análisis de las muestras procedentes de mujeres. Los investigadores creen que deberían utilizarse umbrales de hemoglobina diferentes para cada sexo. Ellas también presentan mayor toxicidad al recibir tratamientos sistémicos9.
Se estima que el diagnóstico en mujeres se retrasa en hasta 700 enfermedades, un problema que implica también un retraso terapéutico que se repite en enfermedades infecciosas, como la tuberculosis, en la epoc o en patologías del riñón. Investigadoras de salud con perspectiva de género explican que ellas pueden presentar síntomas más inespecíficos, como dolor generalizado, cansancio o malestar. Sin una suficiente búsqueda de causas en algunas ocasiones, se etiquetan como problemas de ansiedad y depresión con más frecuencia que en hombres10.
Desde sociedades científicas, universidades y servicios de salud llevan años trabajando para revertir esta realidad descrita en la literatura científica, con la elaboración y publicación de guías para incorporar la perspectiva de género en la atención sanitaria y con formaciones para los facultativos.
Fuentes:
1 Ayanian JZ, Epstein AM. Differences in the use of procedures between women and men hospitalized for coronary heart disease. NEJM. 1991 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/2057022/
4.Análisis con perspectiva de género de los registros sobre la enfermedad cardiovascular contenidos en la Base de Datos Clínicos de Atención Primaria. Ministerio de Sanidad. 2022 Analisis_Persp_Genero_Cardiovascular_BDCAP.pdf
6. Valls Llobet, C. Mujeres invisibles para la medicina. Ed. Capitan Swing. 2019
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